miércoles, 13 de julio de 2011

Lite-Rato: Aporte NN

Siento el alma encogida, estrecha... lo cual es físicamente cierto aunque tal vez no sea algo que esté
directamente relacionado con lo físico. Quizás sea por lo que tengo dentro. A mi derecha tengo relieves
que me limitan y que me hacen creer que mis vecinos están más lejos en distancia que lo que las alturas
nos puedan separar, hacia mi izquierda veo el horizonte junto al mar como algo que me llama y que me
limpia de todas estas limitaciones producidas dentro. Me llama y no puedo contestar nada. Los que me
recorren quizás tuvieron algo que decir pero la letanía de lo que repiten todos los días hace que se
encierren en algún punto de mi superficie ¿Dónde están los que me cuidaron? ¿Dónde están los que se
preocuparon de mi cuerpo cada vez que la estación cambió?
Algunos, alrededor de 100 años atrás, me observaron a lo lejos, me estudiaron y afirmaron que “Chile
es un país que no sabe de Chile”. Y yo digo: ¿Cómo podrían haberme conocido si casi todo lo que
habitó mi tierra no se originó en mí? ¿Cómo podrían conocerme, si mi conformación era extraña,
extranjera... invasora del desconocimiento? Los que llegaron, desterraron mis costumbres y mi cuerpo
fue ocupado para pagar sus extrañas deudas. Olvidé quién soy y países lejanos me definieron para
funcionar no desde la tierra, si no desde los números que cuentan mis deudas fruto de lo desconocido:
mis pertenencias en forma de pago para existir.
Otros tocan sus instrumentos como llamando a la conciencia, instrumentos de la Tierra... juglares de la
memoria que permanecen en silencio y que a veces se sienten más fuerte cuando hay un poco de
tiempo entre los números.
Otros miran una caja llena de luz de la cual hablan todo el tiempo. No entiendo porqué hablan de una
caja, no entiendo qué hay ahí, si todo lo que existe está afuera, al rotar la mirada, al salir.
No entiendo por qué corren, por qué el desenfreno cuando el clima no se presenta hostil, cuando no hay
animales salvajes que los persigan. ¿Por qué respirar más lento no es suficiente para calmar el revuelo?.
¿Que acaso ser es algo más que existir? Quizás mi limitación sea efectivamente producida por los
relieves, quizás mi limitación se deba a que no puedo existir sin una voz. Mi lengua original fue
castrada de mis entrañas. La actual recita juicios y límites cuyo origen radica en la imposición invasora.
Límites que cobran fuerza como un eco al unísono en las montañas. Tiemblo de miedo, tiemblo de
tiempo por las vibraciones profundas y guardadas, por la represión de ser, por la depresión geográfica
del centro. Si no me muevo por mí mismo, tiemblo de sangre derramada en vano. Y aún así creo en
ellos, aún así creo que sigo durmiendo porque permanecen en silencio.

Chile.

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