domingo, 26 de diciembre de 2010

En memoria de Jonathan Salinas y Sandra González

Con mucho pesar, nuevamente escribo una entrada en este blog relacionada con el fallecimiento de dos compañeros de la Facultad de Ciencias. Ellos son Jonathan Salinas y Sandra González, quienes el pasado Lunes 20 fallecieron en un accidente mientras se encontraban en una salida a terreno.

Yo no conocía a Sandra, pero aun asi cargo con el pesar estrechamente vínculado con el perder a una compañera de Facultad en una circunstancia tan violenta y repentina como esta. Personalmente, no es algo a lo que este acostumbrado.
Pero si conocía a Jonathan, y al igual como ocurrio con la reciente muerte de Agustín, siento el deber de compartir con la carrera de Física y las personas que leen este blog quien era para mi Jonathan Salinas.

Yo a Jonathan lo conoci porque era del grupo de amigos más cercano de mi polola. Contaba con un sentido del humor inacabable. Talla tras talla y claro, uno reventaba de la risa y era inevitable entretenerse y pasarla bien con él. Era de los tipos que levantaban hasta el más fome de los carretes solo.

Poco grave. Muy poco grave, no se hacia problemas con nada! Pero si, lo que tengo entendido, que aunque la seriedad no fuera su estado característico, era un eterno preocupado del bienestar de las personas que lo rodeaban. Tenia cierta capacidad sensorial que no es muy común en el hoy por hoy, y creo que es uno de los motivos de porque era tan querido, porque aunque por fuera se viera como un cabro tallero y ligero, el llevaba consigo tambien un personaje preocupado de su gente, dispuesto a escuchar y a dar los consejos que hicieran falta.

Jonathan era una persona que unía a la gente. Lo que habia en su personalidad alegre y llena de vida era un espacio común, un vínculo entre las personas, una fogata en la que en sus alrededores comienzan a juntarse los que buscan cierto calor.¿Y porque? Porque el Jonathan no era un tipo "grave" como decimos. El no se quedaba trancado en la capa de los defectos que inevitablemente nos cubre a nosotros como seres humanos, la primera que se nos nota y que por ende tiende a rechazar. El generaba un vínculo con la parte más linda de las personas, y asi se convertía en un lugar común, porque uno estando parado al lado de el, se daba cuenta que la posibilidad de ser grave y aguafiestas no estaba contemplada. No quedaba otra que adaptarse y parecerse nomas, un poquito al anfitrión.

Y eso es lo que nos queda. Parecernos un poco al Jonathan. Cuantas veces al día nos hacemos problemas por rotundas leseras. Discutimos fuertemente con nuestra familia por detalles domésticos, y en un estado iracundo agredimos a las personas que más queremos: Nuestra familia, nuestras parejas, nuestros amigos. Es verdad: Hay cosas que son graves en esta vida, que realmente no se pueden pasar por alto y que tenemos trazar una línea de los límites que estamos dispuestos a tolerar. Pero estas situaciones son las de menos: La mayoría de los problemas del día a día y que nos generan estrés son cosas de poca importancia, que de alguna forma inexplicable las convertimos en tragedias griegas.

Grave es haber perdido a estas dos personas de la Facultad. Eso si que es grave. Y es un luto que hay que darse, no queda otra. Hay que llorar, hay que apoyarse unos con otros y hay que tomarse los tiempos necesarios. Pero hay que seguir adelante, como dijieron los familiares de Jonathan, porque eso es lo que corresponde.

Vivimos una vida incierta y delicada. Debemos que demostrar nuestro cariño y tratar de obviar los defectos y pequeños problemas que nos llevan a pelear y a maltratar a gente que nos quiere mucho y que no se lo merece. En la medida que vayamos haciendo esta conducta parte de nosotros, estaremos generando un lugar común de felicidad, vida y cariño. Estaremos manteniendo viva la esencia de Jonathan.

Abrazos y mucha fuerza a las familias y seres queridos de Sandra y Jonathan en estos momentos tan difíciles. En los recuerdos y sentimientos, las personas no mueren.

Colton.

1 comentario:

  1. Jonathan "Pelao" Salinas: Ha pasado tanto tiempo, y es increíble como recuerdo hasta tu timbre de voz...
    A ustedes los une la Facultad, a mi también un poco porque mi polola estudia allí, pero más me une el colegio. Doce años compañeros de curso, aunque sería más justo a su memoria decir amigos. Un tremendo tipo, un verdadero ejemplo. Te recuerdo a diario, tu partida definitivamente cambió mi vida.
    Se te quiere y extraña. Gracias a los que postearon ésto hace tanto tiempo.
    Saludos, Guillermo Yáñez.-

    ResponderEliminar